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1.45 ¡Cielos! ¿Cómo será la “vida eterna”?

¿Cielo, infierno o purgatorio?

Nadie aquí en la tierra sabe exactamente lo que es el cielo (1ª Cor 2: 9)1ª Cor. 2: 9: Ya que está escrito: “Ni ojo vio, ni oído escuchó, ni el corazón del hombre concibió, lo que Dios ha preparado para aquéllos que le aman.”. Lo que sí sabemos es que es el "lugar" donde Dios vive. Allí Jesús ha preparado un lugar para cada ser humano.

El cielo está lleno de vida, luz y paz. Podremos ver a Dios para siempre: esta es la meta de nuestro camino con él aquí en la tierra. También nos encontraremos con todas las demás personas que fueron al cielo antes que nosotros.

Vida eterna es vivir para siempre con Dios en alegría, paz y felicidad, junto con la gente a la que amas, con los santos y los ángeles.

La sabiduría de la Iglesia

¿Qué creó Dios?

Las Sagradas Escrituras dicen: “Al principio Dios creó los cielos y la tierra” (Gn. 1,1). La Iglesia en su profesión de fe proclama que Dios es el creador de todo, lo visible y lo invisible, de todos los seres, corporales y espirituales, es decir, de los ángeles y del mundo visible y, de manera especial, del hombre. [CCIC 59]

¿Qué es el Cielo?

El Cielo es un momento infinito e interminable de amor. Nada más nos separa de Dios, a quien nuestra alma y espíritu ama y que ha buscado toda nuestra vida. Unidos a todos los ángeles y santos, podremos regocijarnos para siempre en Dios y con Dios.

 

Si alguna vez has observado a una pareja de enamorados mirándose con cariño o has visto a un bebé buscando la mirada de la mamá, como si quisiera guardar para siempre su sonrisa, entonces tienes una idea de lo que es el Cielo. Poder ver a Dios cara a cara, es como un momento de amor único e interminable. [Youcat 158]

 

Esto es lo que dicen los Padres de la Iglesia

Aquellos que han hecho el bien resplandecerán como el sol con los ángeles y con nuestro Señor Jesucristo en la vida eterna, siempre viéndolo y estando a su vista y obteniendo de él una alegría incesante, alabándolo con el Padre y con el Espíritu Santo por tiempos y edades sin término [San Juan Damasceno, Exposición de la fe ortodoxa, Libro. 4, cap. 27 (MG 94, 1228)]