6.1 ¿Debería dar dinero a un mendigo? ¿Cómo puedo respetar la dignidad de los necesitados? ¿Debería dar sin preguntar? ¿Por qué Dios no actúa?
Solidaridad significa compartir en forma justa los bienes materiales y espirituales de la tierra entre todas las personas. El dar, compartir con otros de lo que tenemos es un deber Cristiano (Mt 5,42; Lc 6,30). Es una respuesta al mandamiento de amar a nuestro prójimo (Mc 13,29-31). La dignidad humana es un principio fundamental de la vida Cristiana. No eres superior porque tienes algo que puedes regalar. En cada interacción humana, el otro merece tu respeto y tu amor.
Cuando te encuentres con una persona sin hogar, mírala a los ojos y muéstrale que la ves como un ser individual. Podrías respetar su voluntad al darle lo que te pide. También tienes la responsibilidad de no dar algo que puede ser peligroso. Tendrás que discernir en tu conciencia[>6.21] la mejor manera de ayudarlos. ¡Dios actúa para ayudar a los pobres a través tuyo! Si colocas tu mente, tus manos y tus posesiones a su disposición, él puede hacer mucho para ayudar a las personas necesitadas que te rodean.
¿En qué se inspira el amor a los pobres?
El amor a los pobres se inspira en el Evangelio de las bienaventuranzas y en el ejemplo de Jesús en su constante atención a los pobres. Jesús dijo: «Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt 25, 40). El amor a los pobres se realiza mediante la lucha contra la pobreza material, y también contra las numerosas formas de pobreza cultural, moral y religiosa. Las obras de misericordia espirituales y corporales, así como las numerosas instituciones benéficas a lo largo de los siglos, son un testimonio concreto del amor preferencial por los pobres que caracteriza a los discípulos de Jesús [CCIC 520].
¿Cómo se expresa la solidaridad humana?
La solidaridad, que emana de la fraternidad humana y cristiana, se expresa ante todo en la justa distribución de bienes, en la equitativa remuneración del trabajo y en el esfuerzo en favor de un orden social más justo. La virtud de la solidaridad se realiza también en la comunicación de los bienes espirituales de la fe, aún más importantes que los materiales [CCIC 414].
Las necesidades de los pobres deben tener prioridad sobre los deseos de los ricos; los derechos de los trabajadores sobre la maximización de las ganancias; la preservación del medio ambiente sobre la expansión industrial descontrolada; una producción que responda a las exigencias sociales sobre una producción para propósitos militares
[Papa Juan Pablo II, A las demás Iglesias y confesiones Cristianas, 14 de septiembre de 1984, 5].
