All Questions
prev
Anterior:3.27 ¿Qué tipo de «fiestas» hay a lo largo del año?
next
Siguiente:3.29 ¿Por qué ayunamos durante cuarenta días?

3.28 ¿Es Navidad la fiesta más importante del año?

Grandes fiestas de la Iglesia

Después de Pascua y Pentecostés, la Navidad es el día de fiesta más importante del año. En Navidad celebramos que Jesús, Dios mismo, nació como un ser humano para poder estar muy cerca de nosotros y mostrarnos el camino hacia Dios.

Para ayudarnos a comprender la magnificencia de este evento, la Navidad se celebra durante un período de ocho días llamado la Octava de Navidad.

Tras Pascua y pentecostés, el nacimiento de Jesús, Navidad la esta más grande: ¡Dios hecho hombre! El 6 de enero celebramos la «Epifanía».
La sabiduría de la Iglesia

¿Qué nos enseña el Evangelio sobre los Misterios del nacimiento y la infancia de Jesús?

En el Nacimiento de Jesús, la gloria del cielo se manifiesta en la debilidad de un niño; la circuncisión es signo de su pertenencia al pueblo hebreo y prefiguración de nuestro Bautismo; la Epifanía es la manifestación del Rey-Mesías de Israel a todos los pueblos; durante la presentación en el Templo, en Simeón y Ana se concentra toda la expectación de Israel, que viene al encuentro de su Salvador; la huida a Egipto y la matanza de los inocentes anuncian que toda la vida de Cristo estará bajo el signo de la persecución; su retorno de Egipto recuerda el Éxodo y presenta a Jesús como el nuevo Moisés: Él es el verdadero y definitivo liberador. [Youcat 103]

Esto es lo que dicen los Papas

A los Pueblos que en todas las partes del mundo se orientan con valentía hacia los valores de la democracia, de la libertad, del respeto y de la acogida recíproca, a cada persona de buena voluntad, sea cual sea la cultura a la que pertenezca, se dirige hoy el gozoso anuncio de Navidad: "Paz en la tierra a los hombres que Dios ama" (cf. Lc 2, 14). A la humanidad que se asoma al nuevo milenio, tú, Señor Jesús, nacido para nosotros en Belén, le pides el respeto de toda persona, sobre todo si es pequeña y débil; le pides que renuncie a cualquier forma de violencia... ¡Gracias por este don tuyo, Niño Jesús! [Papa Juan Pablo II, Mensaje Urbi et Orbi, 2000, n. 6]